Según Roberto Igarza y de acuerdo con lo que en su nuevo libro Burbujas de Ocio sostiene y las nuevas formas de consumo cultural generan un rediseño espaciotemporal urbano al que las tecnologías digitales contribuyen y por el que su vez son constantemente regeneradas.Los tiempos que manejamos ya no son los mismos de antes; la mayoría ya no hace un impass a la tardecita temprana o deja de trabajar sino que lo que se dice que hacemos es disfrutar de ocio intersticial. Pequeños y múlitples períodos de tiempo en los que dejamos nuestras tareas obligatorias para consumir de esas cosas que son las generadas y distribuidas por tecnologías que se adaptan a esta nueva forma de distribución del tiempo : los nuevos medios y dispositivos móviles. Mientras escribo esto miro quién está en el Messenger y chateo un rato, y quizás Lucio me pase algún tema para escuchar. Bien, festejo esto, el trabajo se hace un poco más largo pero no tan agobiante. Pero ¿es esto ocio? ¿Descanso mi mente mientras chateo y se que todavía me queda el resto de la nota por escribir y que para el final del día voy a tener que tener terminada no sólo esta nota sino también el Tp del taller de tesina?, quizás sería mejor terminar esto rápido e irme a tomar unos mates al Parque Independencia. Pienso en los niños; Igarza decía que nunca se consumió y se generó tanto material audiovisual como ahora, que los niños son grandes consumidores de estas nuevas formas de lo cultural y que lo utilizan ya como medio de aprendizaje y obviamente de diversión. En las grandes ciudades, en donde se da este fenómeno de las burbujas con más fuerza, los niños, imagino, tendrán sus burbujas también. Mientras hacen la tarea se levantan un rato y en la compu ponen algún video de Patito Feo, tarea, video, tarea, chatean con su compañerito y luego siguen haciendo la tarea hasta que tienen que ir a taekwondo, en el camino juegan algún jueguito online por el celular y vuelven después de cenar seguir haciendo la tarea que le quedaba y terminar de chatear con su compañerito mientras. Cada vez más, el tiempo de ocio y el productivo se interrelacionan. Y, a su vez, dentro del ocio se conectan otras áreas. Los chicos consumen cada vez más contenido «empaquetado» en diferentes formatos (videos, música, fotos, información digital) y «enriquecido» por sus amigos o compañero. Es una la cultura a la que Igarza llama "cultura hiperurbana": más de 1500 millones de personas viven en 476 ciudades de más de un millón de habitantes… ¡que stress!.
Entonces, si trabajamos tanto y encima estiramos nuestro tiempo de trabajo por mezclarlo con esos pequeños espacios de ocio que constan en seguir sentados frente a la computadora o volver a agarrar el celular pero para hacer algo un poquito más distinto a lo que veníamos haciendo, cada vez descansamos menos. Cada vez tenemos menos distensión real, física, espiritual ¡es el consumo constante¡.¿No hay más tiempo para estar con nosotros mismos sin ninguna pantalla frente a nuestros ojos? ¿Y los chicos?¿si en vez de que consuman burbujas de ocio le insistimos en que terminen la tarea y vayan a hacer burbujas de detergente al balcón? Rescato y acepto esta nueva realidad, creo que los niños deben aprovecharla. Son también nuevas formas de alfabetización y de educación pero creo que es necesario que sigan disfrutando del ocio real, del aire , del sol, del pasto, de las manitos de sus amigos y del NO HACER NADA, que no muy mal no vendría a nosotros también.